jueves, 24 de junio de 2010

La influencia de la TV en los niños.

“La violencia que tienen los niños en sus actitudes es de armas tomar” (Milagros Loli, Profesora de la ciudad de Santiago de Chile).

Los estudios hechos por consultoras externas y autorizadas nos revelan que, aproximadamente un menor pasa frente a la TV más de 16.000 hs., mientras que a las escuelas asiste menos de 13.000 hs.; deducimos que para un niño y un adolescente la TV se convierte en su mejor amigo.

¿A qué se debe tal hecho? Podemos numerar varias razones que lo justifican. Las horas de trabajos que los padres pasan fuera del hogar para que sus niños tengan todo lo que necesitan, sin saber que lo que más reclaman es que ellos estén mayor tiempo con ellos.

Lo que más llama la atención en estos días son las alarmantes noticias, de países del primer mundo como los Estados Unidos, donde niños van armados a sus colegios y más de una vez atacaron a sus compañeros y profesores produciendo hasta la muerte de alguno de ellos.

También no hace mucho tiempo se escucha lo mismo que sucede en países europeos.

Para los que no conocen las Escrituras, quiero decirles que existe un versículo para estos tiempos y que nos dice " instruye al niño en su camino y este no se apartara de él....." ( Proverbios 22:6 ) Note bien que dice “instruye”, eso quiere decir, enseña, para tal motivo debemos darle tiempo al tema y atención a los niños.

En la actualidad, la TV es quien marca las modas, las características de vida, las costumbres, influencia en los gustos, y estimula a los niños a que aprendan mucho acerca de la vida a temprana edad. Esta es la causa del grave problema de la actualidad, la maduración precoz de los niños.

El mirar televisión es uno de los pasatiempos más importantes y de mayor influencia en la vida de niños y adolescentes. Los niños en los Estados Unidos miran la televisión durante un promedio de tres a cuatro horas al día. Para el momento en que se gradúan de la escuela secundaria habrán pasado más tiempo mirando televisión que en el salón de clase. Mientras la televisión puede entretener, informar y acompañar a los niños, también puede influenciarlos de manera indeseable.

El tiempo que se pasa frente al televisor es tiempo que se le resta a actividades importantes, tales como la lectura, el trabajo escolar, el juego, la interacción con la familia y el desarrollo social. Los niños también pueden aprender cosas en la televisión que son inapropiadas o incorrectas. Muchas veces no saben diferenciar entre la fantasía presentada en la televisión y la realidad. Están bajo la influencia de miles de anuncios comerciales que ven al año, muchos de los cuales son de bebidas alcohólicas, comidas malsanas (caramelos y cereales cubiertos de azúcar), comidas de preparación rápida y juguetes. Los niños que miran demasiada televisión están en mayor riesgo de:
Sacar malas notas en la escuela.
Leer menos libros.
Hacer menos ejercicio.
Estar en sobrepeso.

La violencia, la sexualidad, los estereotipos de raza y de género y el abuso de drogas y alcohol son temas comunes en los programas de televisión. Los jóvenes impresionables pueden asumir que lo que se ve en televisión es lo normal, es seguro y es aceptable. Por consecuencia, la televisión también expone a los niños a tipos de comportamiento y acititudes que pueden ser abrumadores y difíciles de comprender.


Además, los padres pueden hacer lo siguiente: no permitir a los niños mirar televisión por horas de corrido; al contrario, deben de seleccionar programas específicos para los niños. Seleccionen programas que sean adecuados para el nivel de desarrollo de su niño. Los programas de niños en la televisión pública son apropiados, pero las novelas, las comedias para adultos y los programas de conversación de adultos no lo son. Establezcan ciertos períodos cuando el televisor esté apagado. Las horas de estudio deben dedicarse al aprendizaje, no son para sentarse frente a la televisión mientras tratan de hacer la tarea. Las horas de las comidas son tiempo para conversar con otros miembros de la familia y no para mirar la televisión.

El problema reside, básicamente, en la falta de control que los padres tienen sobre cuánto y qué ven sus hijos cuando el aparato está en esa zona en la que comienza a construirse su privacidad.

En segundo lugar, limitar a dos horas por día el tiempo frente a una pantalla. En el mundo, los chicos miran televisión o usan los videojuegos en promedio tres horas al día, lo que representa una hora de más,.

Un tercer consejo, altamente efectivo según la práctica del experto, es que los padres se sienten a mirar las películas, los programas o los videojuegos con sus hijos para hablar sobre qué es lo que disgusta a unos y gusta a otros.

Se puede tomar cualquier programa y si los padres se sientan y hablan sobre el contenido, la situación se vuelve educativa. Los padres aún no comprenden cuán poderosa puede ser la televisión como "maestra", que seguramente desaprobarían para la escuela. Les enseña a sus hijos comportamientos agresivos, uso de drogas y sexo explícito Por lo tanto, si no hablan con sus hijos de sexo, del consumo de drogas o de la violencia, lo hará la televisión, pero de manera poco saludable. Y hoy los padres no están haciendo nada para evitarlo.

Igualmente las peores cosas no son las que se trasmiten después de hora, sino que al mediodía mismo podemos ver claramente como se tocan temas totalmente fuera de lugar, ya no existe ningún cuidado en lo que es la psiquis de los niños, después todas las madres se quejan por la madurez temprana que adquieren sus hijos en algunos aspectos.

La mayoría de las personas mira la televisión diariamente en parte se lo toma como un referente, ya que las cosas que escuchamos nos quedan inconscientemente en el cerebro como si fueran parte de nuestro pensamiento, por eso la televisión nos forma de alguna manera el opinión, el pensamiento, no deberían descuidar tanto el lenguaje y el contenido de la misma.

En niños menores de 5 años existe una marcada capacidad de fantasía y perciben las imágenes de la TV como reales y verdaderas. A diferencia del adulto, antes de los 10 años la capacidad de razonamiento crítico y relacional está limitado. Por lo anterior los menores de 10 años no deberían estar expuestos a telenovelas ni noticieros de TV cuyo sensacionalismo y crudeza de imágenes pueden provocar trastornos del sueño y miedos que alteran su diario vivir. Como alternativa podrían acceder a noticias a través de medios escritos que tienen un impacto emocional menor que la "pantalla".

La adolescencia temprana es una etapa de desorganización de la personalidad y de inestabilidad de las conductas. En el púber la dinámica central es encontrarse a si mismo y autode-finir la identidad. Los programas actuales dedicados a adolescentes, en general, carecen de contenido valórico y no responden a las necesidades e interrogantes propias de esta edad. Investigaciones han demostrado que adolescentes expuestos a mayor contenido sexual en los medios tienen más probabilidades de iniciar actividad sexual a más temprana edad

En la infancia los comerciales tienen una gran influencia en promover el consumismo infantil y en generar en los padres presión por comprar determinadas marcas. Algunas investigaciones en distintas partes del mundo, investigaciones han demostrado que niños pequeños, menores de 8, están cognitiva y psicológicamente indefensos frente a la publicidad. Muchos niños preescolares no entienden la diferencia entre un programa creado para entretener y un comercial creado para vender. En poblaciones económicamente vulnerables la exposición a comerciales genera frustración y violencia.

Una publicación de la Academia Americana de Pediatría del año 2001 reveló que los niños ven más de 20.000 comerciales cada año. Un estudio chileno realizado en 469 niñOs previo al Día del Niño, en estratos medio alto y medio bajo, 61% de los menores de 7 años pidió de regalo un producto que vio en TV. De ellos hubo diferencias entre quienes poseían un aparato de TV en su pieza (55%) en relación a quienes no tenían equipo en su habitación (28%).

Frente a esta evidencia algunos países como Suecia y Noruega han prohibido toda publicidad dirigida a menores de 12 años, Grecia permite publicidad de juguetes sólo después de las 22 horas. Dinamarca y Bélgica restringen severamente la publicidad dirigida a los niños. Los comerciales y los programas de concursos favorecen el ingreso de los chicos a la dinámica consumista de la sociedad actual.

Los programas de televisión pueden exponer a los niños no sólo a conductas violentas que usted no quiere que imiten, o que pueden resultar intimidantes, sino también a malos hábitos alimenticios a través de anuncios comerciales de alimentos poco nutritivos y altos en calorías. Ver demasiada televisión también suele quitarles tiempo que de otra forma podrían emplear para leer, estudiar, realizar actividades de aprendizaje, jugar y, o hacer ejercicio. La televisión puede también mostrar el uso de alcohol y, o drogas, el hábito de fumar y los comportamientos sexuales antes de que el niño esté emocionalmente preparado para entenderlos y ser capaz de tomar buenas decisiones. Los padres pueden ayudar a disminuir los efectos dañinos de la televisión al eligir el tipo de programas y limitar la cantidad de tiempo que el niño pasa frente a ella.

A continuación se enumeran algunas sugerencias que podrían resultar útiles al establecer buenos hábitos para ver televisión:

• Elija los programas que su hijo va a ver. Siempre planee lo que va a ver su hijo y no encienda el televisor al azar. Ofrézcale elegir entre dos programas que usted considere apropiados para él.
• Limite el tiempo que pasan viendo televisión a 1 ó 2 horas diarias para niños mayores de 2
años. La Academia Estadounidense de Pediatría recomienda que los niños menores de 2 años
no vean televisión.
• Elija los programas educativos de PBS ( Public Broadcasting Station), o canales como por ejemplo, el Discovery Channel, el Learning Channel o el History Channel.
• Vea televisión con su hijo y hable acerca de lo que sucede en el programa. Converse acerca de lo que fue bueno o malo y hable de la diferencia entre la realidad y la ficción.
• Apague el televisor si usted considera que el programa no es adecuado para su hijo.
Si hablamos de perfil del consumidor, su edad fluctúa entre los 4 a 12 años, con deseos e intereses; con una personalidad en desarrollo internalizado en una cultura con una gran actividad consumista, constituyendo el fundamento para la personalidad del niño. Además, nuestro consumidor es altamente persuasible, sin un criterio adecuado para afrontarla publicidad expuesta en televisión; cuentan con un gran nivel de persuasión hacia sus padres para poder conseguir el producto. También a su vez, son influenciados por su grupo de pares.

Tipos de campañas creadas para niños. Existen una variedad de temas tratados por televisión, utilizando la publicidad para llegar a su grupo objetivo. Debido a que son los niños los que pasan una mayor parte del día, se han creado campañas con el fin de crear una conciencia temprana de lo que es el mundo de los grandes.

Se han creado muchas campañas, pudiendo dividirlas en dos grupos: las educativas y las de consumo. Por parte de las educativas están las campañas que evitan el consumo de drogas por parte de menores, las campañas referentes a la delincuencia, las campañas medioambientales y las de violencia intrafamiliar. Y las campañas de consumo cuentan con las alimenticias (golosinas, alimentos con figuras, sabores llamativos, etc.), las de juguetes, entretenciones y tiendas.

Las campañas de prevención del consumo de drogas, no están directamente orientadas a los niños, desperdiciando la oportunidad de persuadir al niño desde pequeño a no consumir drogas.

Las campañas de delincuencia, muestran cómo evitar al delincuente, no a la delincuencia. Faltan propagandas donde muestren los variados métodos de cómo evitar la delincuencia, como lo es el deporte, el estudio y la familia

Las campañas medioambientales son muy pocas y paulatinas; además de referirse sólo al ambiente ecológico deberían también tornarse a las relaciones con el medio, con las personas que lo forman; relaciones de respeto mutuo, no importando edad, condición económica ni educación.

En las campañas de violencia intrafamliar se dirigen muy poco al niño, le muestran una situación frustrante y sufriente donde el sólo mira como suceden los acontecimientos de violencia. No le explican lo que él puede y debe hacer, mostrarle que se merece respeto, tanto de parte de los demás como de él mismo y demostrarle que las palabras todo lo arreglan.

En las campañas destinadas a promover el consumo, se orientan en una gran mayoría a la moda de ciertos productos de la televisión, como programas, dibujos animados, etc..

La influencia sobre los padres da como resultado una conducta sobre ellos. Los padres, a su vez, toman actitudes basadas en esas posibles conductas, con respecto al producto, la marca, el productor, el vendedor, el aviso, y la publicidad.

Por último, las actitudes resultantes de los niños y la de los padres interactúan y producen el agrado o el desagrado de productos, marcas, vendedores, publicidad, lo que más tarde determinará la conducta que adoptarán los niños y/o los padres respecto de dichos objetos. Los agrados y desagrados a menudo se atribuyen a preferencias y lealtad (marcas, tiendas, tipos de productos). Los agrados se vuelven también parte del conjunto evocado por hijos y padres, las dos o tres marcas que vienen a la memoria cuando se contempla la compra de un producto.

Este modelo se divide en tres etapas. En la primera, la publicidad induce a los niños a comprar productos y/o a lograr que los padres hagan las compras. En la segunda etapa, los padres consideran el producto por recomendación de los hijos. En la tercera, las actitudes del niño y de los padres que han sido inducidas por la publicidad y la conducta de compra determinan su futura conducta con respecto a los productos de comunicación y sin la influencia de otros productores. El modelo demuestra, sin ir más allá, los posibles efectos de la publicidad si se la realiza en forma adecuada.

Estimule discusiones con sus hijos sobre lo que están viendo cuando están mirando un programa juntos. Señaleles el comportamiento positivo como la cooperación, la amistad y el interés por otros. Mientras están mirando, hágale conexiones con la historia, libros, lugares de interés y eventos personales. Hableles de sus valores personales y familiares y cómo se relacionan con lo que están viendo en el programa. Pidale a los niños que comparen lo que están viendo con eventos reales. Dejeles saber las verdaderas consecuencias de la violencia. Discuta con ellos el papel de la publicidad y su influencia en lo que se compra. Estimule a su niño para que se envuelva en pasatiempos, deportes y con amigos de su misma edad. Con la orientación apropiada, su hijo puede aprender a usar la televisión de una manera saludable y positiva.






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